miércoles, abril 26, 2006

Acelerados

Hoy he salido de mi casa a eso de las siete y media para ir al trabajo. La cantidad de coches y de gente que hay a esa hora en la calle. Apenas acaba de amanecer y ya van todos con prisas, corriendo, con mala cara, angustiados mirando el reloj.
No puede ser bueno empezar de esa manera el día. Reconozco que yo a veces también soy parte de esa marea humana, cuando me doy cuenta de que ando rápido, casi al trote me paro y me digo: "tranquilo, si en la vida siempre hay cinco minutos más". Y ese día, para empezarlo suave, me regalo cinco minutos más en el desayuno para ver los deportes en el telediario. No me importa fichar en el trabajo tarde y recuper el tiempo perdido a la hora de salida....esos cinco minutos de más tomando el café es uno de los mayores placeres.
La felicidad está en las cosas sencillas, en poder paladear los pequeños placeres del día a día, en disfrutar de tu columna favorita del periódico en el desayuno, en disfrutar de tu postre favorito después de la comida en vez de volver al trabajo a toda prisa...Creo que deberíamos pararnos a pensar que cosas nos hacen felices y disfrutarlas, en no ir acelerados de un lado a otro como pollos sin cabeza, en sentarnos en una terraza a disfrutar de estos días de sol de la primavera y ver a todos los demás corriendo como locos.
Además, ¿alguien ha vista que uno que vaya corriendo por el mundo, acelerado, con prisas, mirando el reloj atormentado sonria, que tenga cara de feliz?

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